Polémica en Oaxaca... Boda infantil y menores consumiendo alcohol genera indignación (videos)

México
/ 6 junio 2025

Boda entre adolescentes y niños consumiendo alcohol en Oaxaca desata polémica

En medio de música, baile y rituales comunitarios, la celebración de la boda entre Julio César y Jackeline —ambos adolescentes— en la comunidad indígena de San Juanito Yosocani, municipio de San Lorenzo, Oaxaca, parecía ser una muestra más de los usos y costumbres que persisten en muchas regiones del país. Sin embargo, lo que generó controversia no fue el matrimonio en sí, sino la participación activa de menores en el consumo de alcohol durante el festejo.

Videos difundidos en redes sociales muestran a niños y adolescentes bebiendo cerveza en lo que se conoce como el “baile de la calabaza”, una parte tradicional de la fiesta donde, tras bailar frente a la pareja, los asistentes —sin importar la edad— reciben refrescos o bebidas alcohólicas como parte del ritual.

LA FRASE QUE DESENCADENÓ LA POLÉMICA

En uno de los clips, el animador del evento lanza una advertencia que lejos de calmar, avivó la indignación:

“No me vayan a subir al Face eso que van a decir que le estamos dando alcohol a los pequeños”

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La frase, dicha en tono de broma, ha sido interpretada por internautas como una clara evidencia de que los organizadores eran conscientes de que estaban incurriendo en una práctica cuestionable, pero optaron por seguirla bajo el argumento de la “tradición”.

USOS Y COSTUMBRES VS. DERECHOS DE LA INFANCIA

La boda y el consumo de alcohol por menores están protegidos, según algunos habitantes, bajo los usos y costumbres de la comunidad, una figura reconocida legalmente en México para salvaguardar la autonomía de los pueblos originarios. Sin embargo, esto ha puesto en tensión el respeto a las prácticas culturales frente a los derechos de los niños y adolescentes, como lo establece la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

Activistas y defensores de la infancia han señalado que ninguna tradición debe estar por encima del interés superior del menor, y han exigido la intervención de las autoridades correspondientes, incluido el DIF estatal y nacional. Hasta el momento, ninguna institución ha emitido una postura oficial sobre el caso.

UNA REGIÓN CON ALTOS ÍNDICES DE MARGINACIÓN

San Juanito Yosocani es una localidad indígena de difícil acceso, ubicada en una de las zonas con mayor rezago social de Oaxaca. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el municipio de San Lorenzo presenta niveles elevados de pobreza extrema, analfabetismo y desnutrición infantil.

Estos factores estructurales —falta de educación, escaso acceso a información y nulas oportunidades— ayudan a entender por qué prácticas como los matrimonios entre adolescentes y el consumo de alcohol por menores aún ocurren con frecuencia, lejos de la mirada estatal.

DATO CURIOSO: ¿QUÉ ES EL “BAILE DE LA CALABAZA”?

El “baile de la calabaza” es una tradición popular en muchas comunidades del sureste mexicano. Consiste en una ronda donde amigos y familiares bailan frente a los recién casados. A cambio, reciben una bebida como muestra de agradecimiento. Si bien en contextos urbanos esta práctica se ha transformado en algo simbólico, en algunas regiones rurales se mantiene el consumo real de bebidas alcohólicas como parte esencial del ritual.

EL DEBATE: ¿CULTURA O ABUSO?

El caso ha polarizado la conversación pública. Para algunos, criticar estas prácticas equivale a atacar las raíces de los pueblos indígenas. Para otros, se trata de una violación flagrante a los derechos de los niños y adolescentes. La realidad es que México es un país pluriétnico, donde la línea entre lo cultural y lo legal suele ser difusa.

Lo que está claro es que se requiere una intervención cuidadosa: una que respete las culturas originarias, pero que también ponga al centro la protección de la niñez. Esto implica diálogo intercultural, políticas públicas incluyentes y, sobre todo, voluntad de acompañar a estas comunidades con educación y desarrollo social.

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La boda entre adolescentes y el consumo de alcohol por menores en San Juanito Yosocani no es solo un hecho aislado, sino un reflejo de tensiones más profundas entre la tradición y los derechos humanos. Mientras algunos insisten en que no se debe criminalizar una práctica cultural, otros exigen que se garantice el bienestar de los niños, sin importar el contexto.

En medio de la viralización del caso, las autoridades tienen ahora la responsabilidad de actuar con sensibilidad y firmeza, protegiendo a la infancia sin invisibilizar la identidad de los pueblos originarios. El debate está sobre la mesa, y la respuesta debe ser integral, sin simplismos ni estigmas.

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