Medio Oriente: Geopolítica, en la novena entrada

Opinión
/ 20 junio 2025

¿Qué hacer como inversionista, empresario o simple observador de la economía? Jugar a la defensiva. No es momento de buscar el home run, sino de cuidar el marcador

En el juego de los mercados, como en el beisbol, hay días en los que el pitcher pierde el control y empieza a lanzar puras bolas malas. Los inversionistas se quedan parados en la caja de bateo sin saber si hacer swing o esperar el próximo lanzamiento. Eso está pasando ahora: la tensión entre Israel e Irán, sumada a la posibilidad de que Estados Unidos entre al conflicto, ha convertido al tablero económico en un estadio lleno de nerviosismo, con volatilidad en cada lanzamiento.

La reciente escalada militar entre Israel e Irán reavivó temores que no veíamos desde las grandes crisis petroleras del siglo 20. Aunque aún no hay una guerra abierta y directa, los bombardeos cruzados y amenazas mutuas han generado lo suficiente para alterar el marcador de los precios del petróleo. Como si se tratara de un cuadrangular en la novena entrada, el precio del crudo se disparó más de 10 por ciento en cuestión de días, encendiendo las alarmas en bancos centrales y empresas de todo el mundo.

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Y no es para menos. Si el conflicto escala o, peor aún, si Estados Unidos entra al juego como lanzador estrella, podríamos ver consecuencias mucho más severas, como bloqueos en el estrecho de Ormuz (por donde circula una quinta parte del petróleo mundial), aumentos generalizados de precios y una posible interrupción de la racha positiva que venía viviendo la economía global en este 2025.

En este escenario, los mercados hacen lo que haría cualquier equipo con la casa llena y sin outs: retroceden. Las bolsas han caído, los inversionistas han corrido hacia el oro, el dólar y los bonos del Tesoro como si fueran sus bates más confiables. El miedo no siempre se traduce en pánico, pero sí en cautela extrema. Ya se habla de posibles caídas del 10 o hasta 20 por ciento en algunos índices si la pelota sigue rodando hacia el lado equivocado.

También están los bancos centrales, que hasta hace unas semanas preparaban sus jugadas para comenzar a bajar tasas de interés. Ahora, con el petróleo subiendo, la inflación podría volver a aparecer como ese corredor incómodo en primera base que amenaza con robarse segunda. La Reserva Federal y otros bancos podrían decidir congelar sus movimientos, dejar pasar el turno y observar cómo se comporta el mercado ante esta nueva presión.

En el dugout de los analistas, algunos confían en que esto será un episodio breve, una entrada difícil pero transitoria. Después de todo, la historia muestra que muchos conflictos geopolíticos provocan reacciones de corto plazo en los mercados, pero rara vez un colapso sostenido. Aun así, el riesgo sigue sobre el diamante y cualquier movimiento en falso, un ataque inesperado, una mala declaración o un error diplomático, podría cambiar el rumbo del juego.

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¿Qué hacer como inversionista, empresario o simple observador de la economía? Jugar a la defensiva. No es momento de buscar el home run, sino de cuidar el marcador. Si tienes inversiones, diversifica. Si diriges un negocio, asegúrate de tener margen de maniobra. Y si simplemente te interesa entender el juego, no pierdas de vista el tablero; la política internacional, aunque parezca lejana, puede cambiar el rumbo de tu bolsillo.

Hoy los mercados están lanzando bolas malas. El secreto está en no desesperarse, esperar la buena, y recordar que incluso los mejores equipos pasan por entradas difíciles... pero siempre regresan a batear.

LinkedIn: Ricardo Ozuna

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