León XIV, el Papa Agustino que pasó por Ramos Arizpe: la historia que une a Coahuila con el Vaticano

Coahuila
/ 9 mayo 2025

La elección del Papa León XIV, el primer pontífice agustino, ha causado gran orgullo en Ramos Arizpe. El padre Francisco Peña destaca su cercanía con América Latina y su compromiso con los más necesitados, considerándolo una bendición para la Iglesia

La elección de León XIV como nuevo pontífice ha resonado en todo el mundo católico, pero en Ramos Arizpe, Coahuila, la noticia ha despertado un eco especial: el ahora Papa, antes de llegar al trono de Pedro, visitó esta ciudad durante su servicio como Prior General de la Orden de San Agustín. Años antes de portar la sotana blanca, caminó por calles coahuilenses como parte de su labor pastoral y misionera.

Originario de Chicago y con más de 30 años de servicio misionero en Perú, León XIV —Robert Francis Prevost Martínez de nombre secular— tiene profundas raíces en América Latina. Fue obispo de Chiclayo y posteriormente cardenal, cercano colaborador del Vaticano en temas de nombramientos episcopales para América. Hoy, es el primer Papa de la historia proveniente de la orden de San Agustín.

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El padre Francisco Peña Flores, agustino y ex párroco en Ramos Arizpe, conversó con VANGUARDIA sobre el significado de esta elección. “Es una bendición de Dios tener un Papa agustino. Es un impulso a nuestro carisma y una gran alegría para toda la familia agustiniana”, expresó con emoción. Peña Flores recuerda que, aunque no estuvo presente durante la visita del entonces Prior General a Ramos, conoce de primera mano el espíritu cercano, sencillo y fraterno del nuevo pontífice.

CONEXIÓN CON COAHUILA

Durante su liderazgo entre 2001 y 2013, León XIV realizó visitas canónicas a diversas provincias agustinas del mundo, incluyendo México. Fue en ese contexto que visitó la comunidad agustina de Ramos Arizpe, donde se encuentra la parroquia de San Nicolás de Tolentino. Estas visitas, explicó el padre Peña, buscan fomentar la fraternidad y evaluar la vida comunitaria de los religiosos: “No son visitas públicas, sino más bien internas, para revisar cómo estamos viviendo nuestro carisma”.

Aunque discreta, su presencia dejó huella. “México le gustó mucho; como a todo extranjero, le encantó la comida, la calidez. Tenía una vida sencilla. Era un misionero que sabía adaptarse”, dijo el padre Peña. A través del testimonio de otros religiosos que sí convivieron con él en esa etapa, se sabe que su paso por Coahuila fue parte de un recorrido fraterno y pastoral por comunidades agustinas en Puebla, Hidalgo y otras regiones del país.

UN PONTÍFICE CON ROSTRO LATINOAMERICANO

León XIV no solo lleva en su historial un amplio conocimiento de la vida religiosa; también es un hombre que ha estado en el barro de las periferias. Durante su ministerio en Perú, se le vio ayudando durante inundaciones y catástrofes, siempre cercano a las comunidades más marginadas. “Eso le da una visión distinta del mundo”, comentó Peña Flores. “Ha visto la pobreza, la necesidad, y ha vivido la vida comunitaria. Su discurso tras ser electo habló de paz y justicia. Son palabras que no vienen del aire, sino de su experiencia”.

Su elección representa también un hito dentro de la Iglesia: es el primer papa agustino, a pesar de que muchos pontífices han admirado profundamente a San Agustín como pilar doctrinal. “Es algo insólito”, explicó el padre Peña. “Y nos compromete aún más a ser testimonio vivo del Evangelio como religiosos”.

La comunidad agustina y los feligreses de San Nicolás de Tolentino en Ramos Arizpe se sienten particularmente bendecidos. “Tienen un compromiso más fuerte ahora, al haber sido visitados por quien ahora es el Pastor de la Iglesia Universal”, dijo el sacerdote.

Para Peña Flores, el mensaje a la comunidad es claro: “Vivamos nuestra fe con alegría. Oremos mucho por el Papa. Él es ahora nuestro pastor y necesita del apoyo espiritual de todos”. En sus palabras, se percibe la esperanza de que esta elección revitalice las vocaciones y el carisma agustiniano en México y en todo el mundo.

León XIV inicia así su pontificado con una fuerte conexión al continente que lo formó como misionero. Desde las periferias de Perú hasta el norte de México, su historia es también una historia compartida por quienes alguna vez lo conocieron sin saber que sería Papa.

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