Medallas de Plata y un Futuro Brillante: Valeria y Layla, orgullo saltillense en la Olimpiada Nacional de Matemáticas

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Valeria y Layla, estudiantes del Instituto Latinoamericano de Saltillo, Coahuila, lograron lo que para muchos parece inalcanzable: destacar a nivel nacional en matemáticas.
Ambas se trajeron la medalla de plata en la Olimpiada Nacional de Matemáticas para Alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato (ONMAPSB), realizada del 30 de abril al 3 de mayo en Cholula, Puebla. Este logro no solo refleja su talento, sino también el esfuerzo colectivo de sus familias, su escuela y su mentor, el profesor Brandon Sarabia González.
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La ONMAPSB reunió a más de 500 estudiantes de todo el país, desde primero de primaria hasta sexto semestre de bachillerato. En representación del Instituto Latinoamericano, Valeria y Layla demostraron que la dedicación y el gusto por los números pueden llevar muy lejos, incluso cuando el reto parece mayor que nunca.
Además, el maestro Brandon Sarabia fue invitado como evaluador en el nivel secundaria, un reconocimiento a su compromiso con el talento matemático juvenil.
EL MAESTRO QUE INSPIRA A IR MÁS ALLÁ
Para el maestro Brandon Sarabia, el logro de Valeria y Layla va mucho más allá de una medalla. “Es un orgullo muy grande ayudar a jóvenes promesas a llegar tan lejos. Ha sido un proceso largo de mucho estudio y preparación, pero ver sus avances es una gran alegría, tanto para mí como para sus familias y para el estado de Coahuila”, comentó.
Con la experiencia de haber sido campeón estatal en Guerrero, Brandon ha enfocado su trabajo como docente en inspirar a sus estudiantes a superar sus propios límites. “Siempre he querido formar chicos que lleguen mucho más preparados para que las generaciones en México tengan mayores capacidades. Que ellos logren cosas que quizá yo no alcancé, eso es lo que realmente importa”, explicó.
Aunque la preparación ha sido intensa, con más de 300 horas de entrenamiento adicional y clases extra durante las tardes y fines de semana, el maestro asegura que el mayor reto no son los números, sino mantener vivo el interés de los estudiantes.

“Despertar el interés por las matemáticas es lo más difícil. Muchos jóvenes tienen talento, pero se dispersan porque están enfocados en otras actividades o simplemente porque la matemática no les apasiona desde el inicio. El verdadero trabajo es mantenerlos motivados y que no se rindan cuando los problemas se vuelven complejos”, reflexionó.
DE LA CURIOSIDAD AL AMOR POR LOS NÚMEROS
Para muchos, las matemáticas no son la materia favorita en la escuela. Sin embargo, para Valeria y Layla, ese reto fue lo que las enganchó. Desde niñas, ambas demostraron tener habilidades para los números, pero no fue hasta que participaron en las olimpiadas que descubrieron su verdadero potencial.
“Siempre fui buena en matemáticas, pero hasta que participé en mi primera olimpiada me di cuenta de que podía llegar lejos. Ahí supe que no solo era buena en clase, sino que podía competir a un nivel mayor”, cuenta Layla.
Por su parte, Valeria reconoce que al principio las matemáticas eran una materia más, pero que los problemas más complejos despertaron su curiosidad. “Cuando empezamos a resolver problemas difíciles en los entrenamientos, le agarré el gusto. Me di cuenta de que tenía habilidades que no había explorado antes”, relata.
Las dos coinciden en que lo más difícil no ha sido enfrentar problemas complejos, sino mantenerse motivadas. Para Valeria, el hecho de enfrentar problemas que suelen enseñarse en niveles universitarios fue un reto que al principio la abrumó, pero también la emocionó. “Saber que podía resolver cosas que parecían imposibles me hizo sentir más segura”, comparte.

Layla, por su parte, admite que ver el aumento en la dificultad la hizo dudar al inicio, pero el respaldo de su maestro y el entusiasmo por aprender cosas nuevas la hicieron seguir adelante. “Cuando el profe decía que esos problemas eran de un nivel mucho más alto, sentía el peso, pero también quería ver hasta dónde podía llegar”, cuenta.
RESILIENCIA Y APRENDIZAJE CONSTANTE
El maestro Sarabia destaca que una de las habilidades más valiosas de sus alumnas es la resiliencia. “La capacidad de afrontar retos y no rendirse es fundamental. Las matemáticas en la Olimpiada no son como los problemas escolares; son mucho más complejas y requieren conocimientos avanzados. Ver que ellas pueden adaptarse y superar esos desafíos es lo que más me enorgullece”, afirmó.
Para Valeria y Layla, el entrenamiento constante y el apoyo mutuo han sido clave. Aunque cada una tiene su propio ritmo y manera de enfrentar los problemas, ambas han aprendido a no rendirse cuando los números parecen ir en su contra. “Es emocionante cuando ves que puedes resolver problemas que pensabas que eran imposibles”, dice Layla, mientras que Valeria agrega que compartir los logros con sus amigas hace que el esfuerzo valga la pena.
Valeria y Layla ya enfrentan problemas matemáticos propios de niveles universitarios. Durante los entrenamientos con el maestro Brandon Sarabia, las jóvenes han trabajado en ejercicios complejos que, según el propio maestro, muchas veces no forman parte del plan de estudios escolar. “Son problemas que incluso yo aprendí en la universidad, y ver que ellas pueden abordarlos con éxito es una muestra de su capacidad y dedicación”, comentó.
Para las estudiantes, el hecho de resolver problemas de mayor complejidad representa un reto emocionante. “Es impresionante darte cuenta de que puedes resolver cosas que parecían imposibles. Cuando el profe nos dice que esos ejercicios son de nivel avanzado, se siente bien saber que estamos alcanzando ese nivel”, comparte Valeria. Layla coincide en que enfrentarse a estos problemas no solo las motiva, sino que también les demuestra que el esfuerzo constante da resultados.
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APOYO Y COMUNIDAD: LA CLAVE DEL ÉXITO
El respaldo familiar ha sido fundamental para ambas. Valeria cuenta que sus padres, aunque no eran particularmente buenos en matemáticas, siempre la apoyaron sin dudarlo. “Se sorprendieron cuando vieron que yo sí era buena en esto, pero nunca dudaron en echarme la mano en lo que necesitara”, relata.
Layla también reconoce el apoyo incondicional de su familia y amigos. “Siempre me dicen que aunque no ganara, ya era un logro estar en la olimpiada. Eso me motiva a seguir adelante”, menciona.
Para el maestro Sarabia, es vital que los jóvenes se sientan respaldados. “Ver que sus compañeras triunfan les muestra que es posible. Esa sana competencia los motiva a intentar, a no quedarse con la duda de si podrían haberlo logrado”, reflexiona.
UN MENSAJE PARA QUIENES DUDAN: INTÉNTENLO
A sus 13 y 14 años, respectivamente, Valeria y Layla ya piensan en el futuro con claridad y determinación. Ambas planean seguir participando en olimpiadas y estudiar carreras vinculadas a las matemáticas o la ingeniería.
“Quiero ganar más medallas, seguir aprendiendo y, algún día, ayudar a otros a prepararse para las olimpiadas”, dice Valeria. Por su parte, Layla añade: “No quiero dejar las matemáticas atrás, sería un desperdicio de todo lo que he aprendido”.
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Su mensaje para otros jóvenes es sencillo pero contundente: “Atrévanse a intentar cosas nuevas. No importa si al principio es difícil, lo importante es no rendirse. El esfuerzo y la dedicación siempre dan frutos”, concluyen con convicción.
El camino de Valeria y Layla no termina aquí. Tras esta victoria, ya se preparan para la final estatal de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas para Educación Básica (POMEF), donde esperan nuevamente representar a Coahuila y demostrar que, con pasión y constancia, no hay meta inalcanzable.