‘El Niño’ no llega, ‘La Niña’ se va... y el clima para el verano de México en fase neutral

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/ 19 abril 2025

México tendrá menos calor extremo, pero más lluvias y huracanes, según NOAA y Semar

Hace unas semanas la primavera comenzó, dando pie a temporadas de lluvias y huracanes para dar paso al verano, además de que llega el fin del fenómeno climático conocido como ‘La Niña’; sin embargo, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) hay un 50% de probabilidad de que 2025 sea un año neutro, es decir, que no se presente ni el fenómeno de ‘El Niño’ ni el de ‘La Niña’.

Previsiones de la NOAA afirman que en 2025 sigue la línea de 2024, cuando en diciembre no hubo condiciones para ‘La Niña’, por lo que no llegó a consolidarse del todo, regresando a niveles neutrales en mayo de este año, ante la ausencia de ‘El Niño’.

Es decir, repercutirá en el clima de México con calor menos extremo para el mes de mayo, pero lluvias más frecuentes y abundantes en el verano, Siendo así que los últimos frentes fríos se presentarán en las primeras dos semanas de mayo, mientras que la temporada de lluvias comenzará el día 15. Por otro lado, aunque esta fase no favorece ni inhibe la formación de huracanes, se ha previsto que la temporada de estos sea ligeramente más activa que 2024.

Secretaría de Marina publicó recientemente que se esperan 19 eventos ciclónicos en el Pacífico mexicano y 17 en el Atlántico (Golfo y mar Caribe): una depresión tropical, ocho tormentas tropicales, seis huracanes fuertes de categoría 1 y 2, así como cuatro huracanes intensos entre las categorías 3,4 y 5 sólo en el océano Pacífico. Mientras que para el océano Atlántico se esperan dos depresiones tropicales, siete tormentas tropicales, cuatro huracanes fuertes de categoría 1 y 2, así como cuatro huracanes intensos entre las categorías 3,4 y 5.

Por otro lado, al término del mes de marzo, el Climate Prediction Center (CPC) de Estados Unidos confirmó que el fenómeno de “La Niña” está llegando a su fin, lo que marcará el inicio de una fase neutral en el clima de México y parte de Norteamérica. Esta transición, que comenzará en abril y se extenderá hasta agosto o septiembre, reducirá los calores históricos registrados en 2023 y 2024.

Durante esta etapa, se espera un clima más estable, con menor probabilidad de extremos térmicos, aunque persistirán las lluvias y posibles tormentas severas, especialmente en regiones como Coahuila, Veracruz, la Península de Yucatán y el Altiplano.

“La neutralidad climática no descarta eventos aislados de granizo, tornados o sequías, pero sin duda habrá un respiro tras los años más calurosos registrados”, explicó un especialista del SMN.

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¿QUÉ SON, CON EXACTITUD, EL NIÑO Y LA NIÑA?

Ambos son fenómenos climáticos intermitentes que se originan en el océano Pacífico ecuatorial, pero pueden tener efectos de amplio alcance en el clima de todo el mundo. Los dos están relacionados: son las fases opuestas de lo que se llama El Niño Oscilación del Sur (ENOS). Por ello, nunca pueden ocurrir de manera simultánea. Además, hay muchas ocasiones en que ninguno de los dos ocurre.

¿QUÉ ES ENOS?

ENOS describe la fluctuación de dos cosas en el Pacífico ecuatorial: la temperatura superficial del océano y la presión del aire sobre él.

El componente de la temperatura es muy sencillo y la mayoría de los reportes noticiosos se centran en él. Cuando las temperaturas de la superficie del mar superan el promedio por medio grado Celsius o más, se puede formar El Niño. Cuando las temperaturas están por debajo del promedio, se puede formar La Niña. Cuando las temperaturas están dentro o cerca del promedio (a lo que se le llama ENOS-neutral), ninguno se desarrolla.

La parte de la presión del aire es un poco más complicada. Se refiere a la diferencia en la presión del aire entre las partes oeste y este del Pacífico ecuatorial. Los científicos usan lecturas de Darwin, en la costa norcentral de Australia, y de Tahití, a más de 8,000 kilómetros al este.

Cuando la presión es más baja de lo normal en Tahití y más alta de lo normal en Darwin, las condiciones favorecen la formación de El Niño. Cuando ocurre lo opuesto, se puede desarrollar La Niña.

Los dos componentes están fuertemente relacionados y las condiciones de ambos deben ser ideales para que El Niño o La Niña se formen. Por ejemplo, si las temperaturas de la superficie del mar favorecen a El Niño, pero las condiciones de la presión del aire no, El Niño no se formará.

¿QUÉ ES EL FENÓMENO CLIMATOLÓGICO DE ‘LA NIÑA’?

El Dr. Alejandro Jaramillo Moreno, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explica que La Niña es una fase opuesta a El Niño dentro del ciclo ENOS. Mientras El Niño se caracteriza por un calentamiento anómalo del océano Pacífico, La Niña se define por un enfriamiento anómalo en la misma región. Este cambio en las temperaturas del mar influye en la circulación atmosférica, afectando los patrones climáticos en todo el mundo.

Desde su primera identificación en 1989, La Niña ha sido objeto de estudio continuo por parte de los científicos. El ciclo del fenómeno se compone de cuatro fases, desde la transición entre El Niño y La Niña hasta la fase final donde las condiciones vuelven a la normalidad.

1. Primera fase: Ingreso del fenómeno La Niña y cese de los efectos de El Niño.

2. Segunda fase: Comienzo del enfriamiento anómalo en el océano Pacífico ecuatorial.

3. Tercera fase: Impacto mínimo en el Pacífico de América debido a las aguas cálidas en las costas asiáticas.

4. Cuarta fase: Regreso a la normalidad de los vientos alisios, marcando el fin del fenómeno.

La Niña puede tener consecuencias adversas para México, especialmente en términos de sequías extremas y condiciones de calor intensificado. Según Jaramillo Moreno, las áreas afectadas por La Niña experimentarán sequías prolongadas, lo cual pone en riesgo el suministro de agua para poblaciones y ecosistemas dependientes de este recurso.

La falta de agua tiene efectos en cascada, afectando directamente a la agricultura al limitar el riego y reducir la disponibilidad de productos alimenticios. Esto, a su vez, puede impactar los precios al consumidor y aumentar los costos de servicios relacionados con el agua, como las pipas.

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¿QUÉ ES EL FENÓMENO CLIMATOLÓGICO DE ‘EL NIÑO’?

‘El Niño’ es, dicho llanamente, el calentamiento superficial del océano Pacífico a lo largo de las costas de Perú y Ecuador. Dado que es un fenómeno primero observado cercano al período Navideño, se le otorgó su nombre en referencia a El Niño Jesús. Suena a broma, pero tan no lo es que el fenómeno terminó siendo referido así por la comunidad científica a nivel global.

Conforme se ha investigado más de ‘El Niño’, se ha observado que el calentamiento ese extiende hasta el Pacífico Central y, dado su magnitud, influye en la temperatura global. ‘El Niño’ oficialmente comienza cuando se detecta una elevación en temperatura de 0.5 °C por encima de la media del período entre 1971 y 2000.

Cuando existe ‘El Niño’, los vientos provocan que el agua cálida del oeste del Pacífico se recorra a lo largo de la línea ecuatorial. Con más agua cálida al este del Pacífico, la atmósfera se vuelve inestable, se genera ascenso de humedad, formación de nubes y, como resultado último, lluvia. Esa es la explicación para que durante ‘El Niño’ haya más lluvias en el centro y este del Pacífico, lo que fomenta también la aparición de más huracanes para la costa oeste de México, incluyendo Chiapas y Guerrero.

En condiciones de ‘La Niña’ el agua cálida se traslada al oeste del Pacífico y fomenta lluvias en regiones cercanas a Indonesia, como se ve en el siguiente esquema de Comisión Nacional del Agua (Conagua):

Vistos los efectos a nivel general, los impactos a nivel local varían mucho dependiendo de en qué momento del año se presente ‘El Niño’. Hablemos de México. Si ‘El Niño’ aparece en primavera, suele haber más lluvias en la parte oeste y norte del territorio y la mayoría del país tendría condiciones normales. No obstante, si aparece en verano, habría condiciones húmedas en noreste, centro y sur, con la península de Yucatán siendo anormalmente seca.

Si ‘El Niño’ ocurre en otoño, habría condiciones húmedas para el noroeste, mucha humedad para Yucatán y condiciones secas para Veracruz. Por último, si ‘El Niño’ ocurre en diciembre, hay probabilidad de sequía para Península de Baja California, Sonora, Sinaloa, Nayarit, así como para el Bajío y ciertas regiones de Chihuahua, Coahuila y centro de Veracruz.

Esas descripciones aplican para ‘El Niño’ en su versión moderada, pero un fuerte fenómeno de ‘El Niño’, es decir, un enfriamiento severo del Pacífico ecuatorial, resultaría en condiciones mucho más severas. En el peor de los casos, si las condiciones se hicieran presentes en verano u otoño, muy probablemente habría sequía intensa en noroeste, oeste, centro, este y sur del país.

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