Sin embargo la falta de un transporte urbano de calidad es la cruz que a diario tienen que cargar miles de saltillenses, quienes prefieren gastar más en un taxi que enfrentarse a rutas mal organizadas, a cafres que ponen en peligro la vida de sus pasajeros, y a concesionarios que se la pasan exigiendo un aumento de tarifas sin ofrecer a cambio mejoras en el servicio que ofrecen.